Por sexta vez, Guillermo Agüero manifestó su fe por el Señor y la Virgen del Milagro, peregrinando desde el norte de Tucumán hasta la capital de Salta, con una cruz de madera sobre sus hombros.
Desde la localidad tucumana 7 de Abril, caminó alrededor de 250 kilómetros, para cumplir una promesa con los santos patrono de Salta, donde se espera que se reúnan más de 800.000 personas para vivir la fiesta del Milagro.
"Todos cargamos una cruz", dijo a Guillermo a la prensa, antes de llegar a la catedral salteña. "Cada uno carga una cruz, que hasta vos capaz la cargás en otra forma y tenemos nuestro peso", agregó.
"Ya con este sexto año, es algo que a mí me sirvió y cada día voy puliendo mi persona... éste es el camino a seguir", aseguró. Además contó que, una vez finalizada la celebración por el Señor y la Virgen del Milagro, la cruz será donada a otras peregrinaciones.
Esta es una de las tantas historias que tiene el Milagro, la fiesta religiosa más grande que tiene Salta y reúne a miles de fieles de distintos puntos de esta provincia y del país.
Este jueves, la capital salteña espera la llegada de grandes columnas de peregrinos procedentes de los lugares más lejanos -y algunos inhóspitos- de la región. Se espera que alrededor de 20.000 personas de la Puna y del norte de la provincia lleguen a la Catedral, donde algunos despliegan bailes con vestimentas originarias y otros, desbordados de emoción, se arrodillan ante las imágenes de los santos patronos. Mañana, la celebración continuará con una procesión por algunas calles de la ciudad de Salta, donde los fieles renovarán su pacto de fe y fidelidad.
La festividad se convirtió en tradición en Salta y, también, en un atractivo para los turistas que presencian una de las expresiones de fe más movilizartes que tiene el norte argentino.
La fiesta del Milagro tiene sus orígenes en 1692, cuando terremotos sacudían parte de lo que hoy es suelo salteño. En esa ocasión, el padre José Carrión pidió sacar del templo la olvidada imagen del Cristo Crucificado, que casi un siglo antes había llegado desde España, tras naufragar en la zona del Callao, en Perú.
Cuando los terremotos cesaron y, al reingresar a la iglesia, los participantes de esa primera procesión vieron que la imagen de la Virgen María era la única que se encontraba intacta.
A partir de allí, las imágenes se convirtieron en el Señor y la Virgen del Milagro, y cada 15 de septiembre salen de la Catedral salteña en procesión, para recorrer las calles de la ciudad con miles de seguidores que renuevan su "pacto de fidelidad".